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" Arte y Claro" es un blog con aroma taurino en el que daré rienda suelta a mi pasión por los toros. Bienvenidos.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Entrevista Jesús Arruga - JT en NIMES


Antes de empezar con lo que es la entrevista quiero expresar mi más sincera gratitud al gran profesional que es Jesús Arruga. Por abrirme las puertas de sus sentimientos sobre, seguramente, uno de los días más importante en su carrera profesional. 


Buenas tardes Jesús, lo primero, darte la enhorabuena por el reconocimiento en Cariñena, tu tierra.

Muchas gracias, la verdad es que fue algo muy bonito. Que a uno le reconozcan en su propio pueblo y le pongan la plaza de toros a su nombre es para sentirte muy honrado y muy orgulloso. Y más con cuarenta años, que estas cosas se suelen hacer más a titulo póstumo. Había un mural precioso de cerámica de Muel con una foto mía. La verdad es que me siento muy honrado.

Qué bonito, ser profeta en tu tierra. Y después de asistir a ese reconocimiento... camino de Nimes. ¿Cómo surgió? ¿Cómo fue esa llamada? 

Pues me llamó Andrés Román que es el mozo de espadas suyo y me propuso formar parte de esto. Fue un sábado que estaba en Palencia toreando con César (Jiménez) y evidentemente le dije que si (risas). Más tarde me llamaron para matar unos toros a puerta cerrada y evidentemente fue otro sí (de nuevo risas).

El momento en el que pasa la furgoneta por Zaragoza a por tí, ¿Cómo es ese camino hacia Nimes?

Pues yo toreaba ese sábado y no quise torear para disfrutar del viaje y de los compañeros, que nos conocemos todos por la profesión. Todos éramos conscientes de que íbamos a ser unos privilegiados por torear con José Tomas, por estar a su lado y estar a sus órdenes, y por ser elegidos por él. Entonces decidí no torear el sábado, me recogieron aquí en Zaragoza, comimos en Barcelona y por la tarde noche llegamos a Nimes. Allí empiezas a ser consciente de que estas metido en el meollo.

Una vez allí, cuando llegáis ¿José Tomas os da algunas directrices o consejos para ese día?

No, no. Las cuadrillas habíamos hablado ya el día que matamos los toros a puerta cerrada. Nos dijo que nos había elegido por las buenas referencias que tenía nuestras y que nos conocía por nuestro trabajo y nuestra categoría profesional. Nos explicó que le gustaría que se hicieran las cosas lo más despacio posible. Más despacio si cabe que habitualmente, porque evidentemente esta vez iba a matar seis toros y necesitaba que todo fuese despacio para dosificar el oxígeno y que se disfrute todo. No era plan de llegar hace todo rápido y puerta... (risas)


Cuando entráis en la plaza y veis el recibimiento de todo el mundo, con el pasodoble de “Carmen” ¿qué se siente?

Yo para mi ha sido el paseíllo mas despacioso que he hecho en toda mi vida. El que más ha durado, el que más he sentido... hubo banderilleros que se emocionaron haciéndolo. Yo también me emocioné y fue un momento de disfrutarlo mucho porque ver a ese maestro ahí delante, tu tras él, sabiendo que estás ya en el ruedo, ese silencio que había y lo que duró el paseíllo... Parecía que íbamos a cámara lenta, a mi me parecía que íbamos a cámara lenta y desde luego ha sido el paseíllo que más despacio he hecho en toda mi vida... 



Y la ovación.

Y la ovación cuando salió el maestro al tercio, después de ese silencio que había allí. Ese pasodoble del toreador junto con la ovación... hacer el paseíllo fue... ¡una locura!



En cuanto a tu actuación personal, vimos a un Jesús muy acorde con la exigencia. Dos buenos pares en los toros segundo y cuarto, aunque con la puntilla ¿no hubo mucho que hacer verdad? (risas)

Nada, nos facilitó mucho el trabajo. Los reventó, solo hubo un toro apuntillado y ninguno descabellado.

Cayeron los dos “rodaos”...

Nos facilitó todo. Ni una voz en la plaza, mucha humildad, mucha categoría profesional. Él dejó hacer a todo el mundo lo que creía conveniente en cada momento. A los picadores les pedía educadamente que levantasen el palo... Todo con una humildad fuera de lo normal.

Mientras dabais la vuelta al ruedo se os veía emocionados también, ¿que sentisteis en ese momento al ver a la gente levantada entregada?

Pues cada cuadrilla también queríamos que nuestros toros los disfrutara el maestro. Nos decíamos, a ver si con nosotros no va a cortar ninguna oreja... Cuando acabamos de matar al segundo toro y le cortó las dos orejas, en el callejón hablaba con un compañero y nos decíamos, ahora la presión era para la siguiente cuadrilla, en el primero dos orejas, en el segundo otras dos, como no cortes las orejas (risas). Hubo gran ambiente entre todos y todo salió inmejorable.

Que gran resposabilidad ¿no?

Pues si te digo la verdad ha sido de las corridas en las que menos responsabilidad he notado. Me recordó mucho a la primera tarde que toreas en Madrid o Sevilla, que lo has soñado tantas veces que llega ese día y te puede más la ilusión que la responsabilidad y el miedo. Esa sensación que tienes cada tarde en el patio de cuadrillas de miedo, responsabilidad por el toro, por la gente... pues ese día no lo sentí. Ese día me sentía capaz de dar el nivel y me propuse que fuese distinto, estaba decidido a disfrutarlo de principio a fin. Disfrutar de cada gesto del maestro, de sus miradas en el patio de cuadrillas, fui consciente de cada detalle, disfruté mucho de todo.

Llega el momento Puerta Grande. Después de saborear el triunfo, ¿que hacéis todos los profesionales a las dos de la tarde en Nimes? Nosotros estábamos exhaustos, no sabíamos si quedarnos allí, si ir a comer... 

Pues lo primero que hicimos es reponer líquidos (risas) y después pues, evidentemente todo el mundo siendo conscientes de lo que había conseguido José Tomas. 


Bueno, sois partícipes todos realmente...

Si, la verdad es que éramos conscientes de que había hecho algo histórico, que había superado todas las expectativas y a todo el toreo, y me tomé la libertad de decírselo a él mismo, que había escrito una página con letras de oro grandiosas.

No habíamos vivido nada igual, ni creo que lo vivamos de nuevo de la misma manera.

No, no, es muy difícil. Yo me tomé la libertad luego de decírselo y de comentarlo con él. Comimos junto con el maestro ya que prefirió comer en un ambiente más íntimo, por eso te digo tantas veces lo de la calidad humana. Él no necesitaba más y eso que por allí estuvieron varios amigos suyos artistas, futbolistas y de toda clase... Yo me dije para mí, esto es calidad humana pura y dura.

Comió con vosotros, ¿en un ambiente más íntimo?.

Si, con las personas más cercanas, permitiéndonos hablar con él, de como había estado. Me atreví por fin a decirle la admiración que le tenía, lo que había pasado, como había estado, y la forma en la que se dirigía a cada uno de nosotros fue de una increíble calidad humana.

Esa calidad humana y esa sensibilidad son las que luego se ven en la plaza en cada cosa que hace el maestro ¿verdad?

Y la humildad, y que te escuchaba siempre lo que tenías que decir. 

¿Como acabó el maestro?

Exhausto, estaba cansado, imagínate... fueron seis toros y la responsabilidad que tenía, la presión... Y ahí el por qué se decidió hacerlo por la mañana y no por la tarde, porque a las 11 de la mañana te levantas y te pones a torear, pero si es por la tarde te pasas seis horas muerto de miedo. El cuerpo por la mañana está más predispuesto a hacer el esfuerzo. Si se hace a las seis de la tarde, desde que te levantas, la mente no para de funcionar y psicológicamente, te come y te pesa. 


Me quedé con unas palabras del padre que dijo que no había visto nada igual...

Seguro. Es algo único e irrepetible. Veremos faenas mas perfectas, más técnicas, con más arte, con menos arte... pero en lo que es el conjunto de la mañana, José Tomás, la temperatura, sin aire... eso no se volverá a dar igual. 

Es que se paró hasta el aire...

Si, me dijo el maestro: “Llevo dos días aquí y no veas que vendaval, que sufrimiento...” Y de repente se paró hasta el aire. 

Estaba todo idílico, se dio que tenía que ser así el día.

Por eso. Se conjugó todo, la climatología, el público, él, las cuadrillas... él nos dijo que habíamos estado a un gran nivel sin que hubiese ninguna capea con ningún toro que diese problemas. El toro indultado fue pronto para dentro. A partir del cuarto ya me dije, esto va a ser histórico...


En esa vuelta al ruedo del cuarto ¿ya erais más conscientes de lo que estaba sucediendo?

Si, si. Como me decidí a disfrutarlo desde el primer momento estaba siendo consciente de todo y lo vi en todas las fases perfectamente. Fíjate, recuerdo que en el primer toro le vi bien, en el segundo toro lo vi mas roto, como que ya había roto a sudar y se le veía más activo. Pero la entrega total vino a partir del tercero. Estaba yo con Vicente Yesteras, José tenia la muleta en la mano izquierda y le dije, ¡mira! ahora mismo se ha roto el torero. A partir de este momento puede pasar cualquier cosa. Cuando digo cualquier cosa te digo cualquier cosa... y pasó... 

¿Se nota eso tanto?

¡Hombre! y los que nos dedicamos a esto lo vemos clarísimamente. Estuve muy pendiente de sus gestos, de sus miradas, durante toda la mañana y te puedo decir que a partir de esa tanda con la mano izquierda en el tercero se le vio que le cambiaba la cara. Yo me decía a mi mismo, ahora está entregado. Se veía en la forma de meter riñones. Estaba entregado a su profesión, el toreo.

Vamos que para ti es una gran despedida del “Cariñena y Azabache” ¿verdad?

Sí, sí, sin duda alguna. (risas)

Me contaron que ese traje va para la plaza puesta a tu nombre...

Sí, al terminar la temporada lo donaré allí, al ayuntamiento. Qué menos que eso ¿no? No sé donde lo pondrán pero creo que es lo menos que puedo hacer después del detalle que han tenido conmigo


¿Y ahora que compromisos vienen? Jesús...

Pues voy el Domingo 22 a las Ventas con un amigo novillero catalán, Jesús Fernández porque ahora a parte de lo vivido toca poner lo pies en la tierra y seguir luchando en mi profesión y defender el sueldo de mi familia (risas)

Ha sido un auténtico placer y te deseamos la mayor de las suerte en esta profesión de la que sin duda formas parte por méritos propios y en la que se acuerdan de tí los grandes maestros por tu profesionalidad y tu buen hacer.

¡Gracias torero!


Entrevista: JOTE
Fotografía: Náyade Moncín

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