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" Arte y Claro" es un blog con aroma taurino en el que daré rienda suelta a mi pasión por los toros. Bienvenidos.

martes, 10 de abril de 2012

Y se abrió la "Puerta del Toro"


Era una de esas tardes que huelen a toros, una de esas en las que, he podido ver, la reventa se frota las manos a las puertas de “ La Glorieta”.
Se trataba de una tarde especial, el cartel de la feria, una mixta en la que se daban cita la mejor cuadra, la técnica, y el arte.

La mejor cuadra, la de Pablo Hermoso, con ganas y muy dispuesto en el primero, y aunque el desatino con el rejón de muerte le privó de premio, no debemos pasar por alto la torería de su segundo caballo, Manolete, el cual con una vuelta al ruedo midiendo y templando a su oponente, arrancó una sonora ovación de toda la plaza.


Con el cuarto Pablo Hermoso aumentó su repertorio y llego a regalarnos hasta cuatro cambios de pitón a la grupa toreando con Chenel, uno de ellos tan ceñido al burladero del 5 que nos hizo contener la respiración por unos segundos. Mención especial a Dalí, con él, Pablo realizó varios giros circulares de vuelta y media, quedando de frente al toro, ofreciéndole el pecho desafiante y saliendo airoso más tarde. Hermoso remató con una buena estocada que le sirvió para cortar dos orejas del muy buen ejemplar de El Capea, aplaudido en el arrastre por gran parte del tendido.

La técnica, la de Julián López. En su primero se encontró con un ejemplar rebrincado y , al que cuidó durante la lidia como si hubiese visto antes que nadie lo que podía dar, puesto que a la segunda tanda estaba embarcando al toro en la muleta, arrancando olés de los tendidos. Dos tandas muy buenas por la derecha fueron acompañadas de derrotes al cambiarse los trastos de mano, pero el Juli, en figura del toreo, no quiso dejarlo ahí...volvió la muleta a la mano diestra en dos tandas bien ligadas y seguidamente recuperó los naturales, esta vez sí, obtuvo una tanda que caló en los tendidos. El final de faena fue de valor, pues meter en las manoletinas a un toro que rehuía de la pelea no fue fácil, pero tras cuatro lances ajustados el sabor que quedaba era de trofeo. Falló Julián con los aceros a la primera, pero mató con una gran estocada a la segunda. Se pidió con fuerza la oreja y el presidente la concedió.

En su segundo, el quinto de la tarde, le cayó en suerte un toro que repetía, que venía pronto, que se iba a dejar hacer y con el que Julián sabía, tenía la llave de la puerta grande. Comenzó el Juli con la derecha metiendo al toro en la muleta y obteniendo acompañamiento sonoro desde el tendido, a esto íbamos cuando, alguien desde el tendido incitó a la Duquesa de Alba a saludar, armándose el revuelo al levantarse y complacer al personal. Julián era un espectador más durante unos segundos...Justo esos segundos le valieron para romperse aún más y dar uno de los derechazos que le han hecho grande, de compás muy abierto y con el que toda la plaza se metió aún más en la faena. Las siguientes tandas fueron demasiado hacia afuera, tirando de pico de muleta, algo que enfrió los tendidos, aunque el Juli con un final a base de circulares y un estoconazo en todo lo alto consiguió su segunda oreja y la consiguiente puerta grande.

El arte, lo traía José María Manzanares. El primero lo intentó torear pronto de capote, a penas tres verónicas, parecía estar a gusto con él... El tercio de banderillas nos mostró una cuadrilla a la altura de la figura que va en cartel, los cuales por su buen hacer se vieron obligados a saludar desde el tercio. Comenzaba José Mari con la muleta en la mano derecha. Nos dejó tres derechazos de torería, cargados de arte y cargando de peso la muleta pero se acabó...se acabó porque no estuvo cómodo, no se encontró a gusto Manzanares y no se entendió con el toro, esto se vio reflejado a la hora de coger el estoque y entrar a matar, hasta tres veces, seguidas de otras tantas con el descabello.
En el sexto y último de la tarde tuvimos al peor del lote, un toro con peligro, sin fuerza, y con el que todos los presentes sabíamos que poco se podría hacer. José Mari lo sabía pero aún así lo intento bajo la lluvia, que nos acompaño al final de la tarde. Noble gesto de responsabilidad, que no tienen todas las figuras del escalafón, el de enseñar al público que el toro no vale. En ese gesto responsable pudo salir mal parado Manzanares, pues a punto estuvo de costarle un revolcón, finalmente y tras corroborar los pronósticos sobre el animal, lo mató de un estoconazo hasta la bola.



El detalle: José Mari Manzanares en el tercero de la tarde, simuló entrar a matar para sacar la espada que estaba ya dentro del astado. La gente aplaudió el gesto, sin duda, poco usual.

Balance final; Dos puertas grandes y tres figuras del toreo...¡¡Gran tarde de toros!!

José Manuel de Frutos Sanz

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